La clivia es una planta muy exuberante, de hojas verdes, brillante y con raíces carnosas.
Del centro de las hojas nace el escapo o tallo floral, coronado por una umbela de flores de color anaranjado o rojo, dependiendo de la variedad, que pueden aparecer desde la salida de la estación fría hasta la época cálida, según las variedades y el tipo de clima.
Se aclimata bien en interiores frescos pero vive mejor al exterior.
Para su desarrollo necesita luz abundante, pero sin exponerla directamente a los rayos solares. La temperatura tiene que ser de unos 18-20 0C en las épocas templadas y cálidas, pudiendo descender hasta 5-6 0C en la estación fría.
En cuanto al sustrato, requiere una mezcla compuesta por una parte de mantillo o tierra de jardín, una parte de tierra de brezo y una de turba. No soporta los sustratos pesados.
Requiere riego abundante en la época cálida y moderado el resto del año.