Procede de Asia y África del Sur. Mide, según las especies, entre 0,50 y 2 m de altura.
Requiere un clima suave y precisa protección en la época fría, cuando se encuentra en climas rigurosos.
Se debe colocar en una exposición bien iluminada, pero no a pleno sol, y prefiere una sombra tenue como la que encuentra en su lugar de origen, debajo de los árboles.
El suelo o mezcla de tierra para su cultivo ha de ser ligero, preferiblemente sílice y desprovisto de cal.
La especie más representativa es la G. jasminoides. Procede de China es sin duda la especie más conocido y cultivada. Da flores blancas y muy perfumadas, en primavera) con un agradable aroma a jazmín de hay su nombre (jazminoide).
Además, el ambiente debe ser bastante húmedo, los riegos muy frecuentes y con agua de calidad, sin cloro ni cal. A la gardenia le encanta vivir en maceta de grandes dimensiones.
Como planta de interior resiste bien en climas muy rígidos y en los menos rígidos puede permanecer durante el invierno. En estos casos necesitan luz en abundancia una temperatura no muy elevada (15/18 grados) y vigilar el riego que debe ser asiduo pero con poca cantidad, manteniendo la tierra ligeramente húmeda.