Los helechos crecen en todas las zonas húmedas de nuestro planeta, es por ello que existen centenares de variedades.
Algunos de ellos (los de clima tropical) se aclimatan perfectamente en el interior, aunque van precedidos de una mala fama, ya que la mayoría de personas piensan que se trata de una planta muy delicada. Nada más lejos de la realidad. Simplemente se les ha de proporcionar los cuidados adecuados.
Necesitan un lugar fresco, incluso un poco oscuro (evita que los rayos solares incidan sobre ellos), humedad ambiental muy elevada, riegos con poca cantidad de agua y asiduos, es decir, que mantengan el sustrato húmedo pero sin encharcamientos. Al regar, evita mojar sus hojas y si lo haces utiliza agua de lluvia o embotellada. Rodéala de otras plantas, de esta forma se creará un ambiente húmedo que favorecerá su aclimatación en el interior.
En el exterior, debes buscar un lugar a la sombra, con humedad ambiental muy elevada, regar abundantemente y a menudo.
Un consejo práctico.
El ambiente húmedo puedes proporcionarlo de diferentes formas: con un humidificador, pulverizando a menudo, colocando un recipiente con agua en la base, pero sin que esta toque el sustrato… Pero el mejor sistema es colocando al helecho junto a otras plantas.